Arriesgado adelantamiento
¡Sí, hay días que pasa!
Era una mañana soleada y tranquila.
Yo, andaba por la calle paseando.
Iba relajado.
Tan relajado, que mi cabeza «bajó la guardia».
Las neuronas, ralentizadas. En un sopor placentero.
Y en esto que, de pronto, ¡ssshuuufffff….!
Me pasa algo por delante de la cabeza.
¡Un veloz adelantamiento!
¿Qué era?
¡Ostia, sí!
¡Eran MIS PALABRAS!
Algunas de ellas, ¡que se me adelantan!
«¡Ey!,¿a dónde váis?, ¡parad!»
Lo revoltosas que se me ponen, a veces.
Voy a ver si las pillo…¡que se van corriendo!
«¡Eeeyyyy, cuidado a ver lo que deciiiís!
¡No seáis insensataaaas!
¡Volved para dentrooooo!»
En un plis-plas, torcieron la esquina y las perdí de vista.
Resignado, sigo caminando.
«¡Esas perdidas!, ¿qué será de ellas?»
Al poco, de frente, me encuentro con un antiguo compañero de estudios que hacía tiempo que no veía.
«¿Qué tal, cómo estás?; ¡me alegro de verte!», le dije, sonriente.
Y él, con mala cara, me espetó:
«¡Imbécil!, ¡estúpido!; ¡vete a la mierda!»
No supe reaccionar, pero…
…¡lo entendí!
Entendí que, desgraciadamente, mi compañero escuchó y reconoció mi voz en esas incontroladas, insensatas, aunque sinceras palabras escapadas, con las que se topó:
«¡Hola!,¡qué gordo y qué viejo estás, oye!»
¡QUÉ INOPORTUNO ADELANTAMIENTO!
*Normalmente, mis Pensamientos van por delante de mis Palabras.
Pero, en ocasiones, mis Palabras «adelantan» a mis Pensamientos*
El Cuarto Ojo del Mono, debe vigilar sus fugas.